Javier Magro, impulsor de la Revista Terrario Técnia, ha publicado en su digital un interesante artículo titulado "Herpetología y terrariofilia, una relación imposible". Javier expone de manera oficial la ruptura entre los dos colectivos pese a los intentos de acercamiento que el colectivo de terrariófilos, que él representa, ha realizado a la Sociedad Española de Herpetología. El texto podéis encontrarlo en este enlace:
www.terrariotecnia.com
El autor expone sus razones y son razones de verdad. La critica de los herpetólogos viene por el sofisma de confundir la afición a la terrariofilia con el comercio ilegal de animales. Como Magro denuncia, esta asociación de ideas es una petición de principio; es decir, asumir que a más terrariofilia, más comercio ilegal de exóticos. De ahí nace la despectiva etiqueta de "mascotismo de exóticos", que hace las delicias del "lobby" animalista y por lo visto también de los herpetólogos.
Dos cuestiones a considerar que podrían añadirse a la argumentación del artículo: primero, la superstición de "la ciencia" y "los científicos". Un científico puede ser una autoridad en su especialidad y un verdadero mentecato en lo demás. Esto es así hasta el punto de caer en las redes de la polución ideológica de nuestra época, una de cuyas manifestaciones es la "filosofía" animalista. Pasaré por alto a los compañeros los absurdos derivados de esta "filosofía".
La segunda carencia es la falta de rigor argumental: vincular necesariamente la terrariofilia con el comercio de exóticos es como decir que los ensayos clínicos, necesarios para el avance de la medicina, equivalen al sadismo de la experimentación en humanos. Por fortuna, regulando estrictamente dichos ensayos se evita la proliferación de sádicos psicópatas.
Es evidente que terrariofilia y herpetología pueden ir de la mano y, a modo de ejemplo, Javier Magro muestra los casos de países como Alemania, donde tanto la terrariofilia como la herpetología son más potentes que aquí. Esto debería servir para reflexionar a más de uno pero se ve que la reflexión exenta de ideología no está de moda en este país nuestro.
Herpetología y terrariofilia española, una relación imposible
La AHE ha optado, una vez más, por alinearse con un discurso que desacredita a quienes podrían haber sido aliados
www.terrariotecnia.com
El autor expone sus razones y son razones de verdad. La critica de los herpetólogos viene por el sofisma de confundir la afición a la terrariofilia con el comercio ilegal de animales. Como Magro denuncia, esta asociación de ideas es una petición de principio; es decir, asumir que a más terrariofilia, más comercio ilegal de exóticos. De ahí nace la despectiva etiqueta de "mascotismo de exóticos", que hace las delicias del "lobby" animalista y por lo visto también de los herpetólogos.
Dos cuestiones a considerar que podrían añadirse a la argumentación del artículo: primero, la superstición de "la ciencia" y "los científicos". Un científico puede ser una autoridad en su especialidad y un verdadero mentecato en lo demás. Esto es así hasta el punto de caer en las redes de la polución ideológica de nuestra época, una de cuyas manifestaciones es la "filosofía" animalista. Pasaré por alto a los compañeros los absurdos derivados de esta "filosofía".
La segunda carencia es la falta de rigor argumental: vincular necesariamente la terrariofilia con el comercio de exóticos es como decir que los ensayos clínicos, necesarios para el avance de la medicina, equivalen al sadismo de la experimentación en humanos. Por fortuna, regulando estrictamente dichos ensayos se evita la proliferación de sádicos psicópatas.
Es evidente que terrariofilia y herpetología pueden ir de la mano y, a modo de ejemplo, Javier Magro muestra los casos de países como Alemania, donde tanto la terrariofilia como la herpetología son más potentes que aquí. Esto debería servir para reflexionar a más de uno pero se ve que la reflexión exenta de ideología no está de moda en este país nuestro.